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lunes, 10 de febrero de 2014

El Amor en la Historia de la Humanidad

El amor en todas son sus manifestaciones no deja de ser sorprendente. El ser humano que lo experimenta es capaz de realizar acciones que superan límites insospechados. 



Existen: Amores Apasionados, como el de nuestros años de juventud, en que el vigor sexual y las hormonas fluyen por nuestro torrente sanguíneo a velocidades desenfrenadas.
Amores insensatos, increíblemente nocivos, que causan dolor y a pesar de ello sobreviven, entre la incertidumbre del día a día y la esperanza de un mañana mejor. Existen también aquellos Amores Incondicionales, idílicos, que no piden nada a cambio y resultan satisfactorios por el solo hecho de amar, estos amores nacen naturalmente, sin imposición y no se rigen por normas establecidas. El mejor ejemplo de amor incondicional es el de los padres hacia los hijos. Merecen ser enunciados también, aquellos Amores Eternos, los que sobrepasan el tiempo y el espacio, los que no conocen de límites y se mantienen incólumes hasta la muerte. 




Las palabras son insuficientes para expresar la capacidad de transformación y entrega que encierran los seres tocados por el Amor. Seres que conforman las bases de la evolución de las sociedades a lo largo de la presencia del hombre sobre la tierra.




El Amor no sólo ha constituído un gran impulso para el cambio y evolución de los pueblos, sino que también sirvió de poderoso estímulo para dejar huella de su paso por el mundo. Tan es así que este profundo sentimiento presenta sus mejores exposiciones a través de testimonios en el tiempo. Desde épocas inmemoriales ha servido de inspiración a Poetas, Trovadores, Músicos, Literatos y demás hacedores del Arte en la Historia de la Humanidad.