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miércoles, 6 de febrero de 2013

Ocaso y Esplendor

Mis labios tienen sed de tus besos
y tú esquivas mi mirada trémula como 
perdiéndote en la lejanía de aquellos 
años en que sólo vivías para saciarte
del jugoso néctar que de mis pétalos
tiernos y candentes brotaba.



Flama ardiente de vagos recuerdos,
noches embriagada de tus caricias,
anida aún en mi pecho el galopar
de aquel jinete que ansioso venía
a hundirse en el fuego y el restallar
de cada uno de mis anhelos.

Memorias que llegan al amanecer,
y despiertan con furor mis días.
Sutileza de mis afanes y encantos,
pulcritud de movimientos pétreos,
desplazamiento pleno de sabiduría.
Flor carmín renacida en primavera.

Vuelvo a sentir el ardor de tus deseos,
soy la Maja, la poseedora de tu reino,
la que conoce cada poro de tu cuerpo.
Estampida viril de placer supremo,
estallido de gozo, deleite infinito.
Alimento del alma, amor verdadero.