A mis amigos

Dicen que no hay recetas para ser feliz, pero la amistad hace de nuestra vida la suma de momentos agradables. Los amigos resultan nuestros hermanos de la vida, aquellos que están apoyándonos en los peores momentos y que nos levantan cuando nadie se imagina siquiera que hemos caído y que muchas veces nos encontramos al borde de un abismo.

Los amigos son los que al escucharnos por teléfono, adivinan por el tono de nuestra voz que no estamos bien y sin preguntarnos nada, nos dicen la palabra correcta que necesitamos escuchar.
También son los que comparten nuestras alegrías y las hacen suyas. Los amigos son los que nos defienden cuando no estamos presentes. Los amigos son esos seres incondicionales que basta con saberse necesitados nos entregan todo de sí. Ellos son los que nos hacen inmensamente ricos, porque la riqueza no se mide por el dinero, sino por las personas que nos aman.

Gracias a todos mis buenos amigos y amigas por existir, gracias por dejarse querer y brindarme tanta felicidad.

Para mi hombre

Los corazones enamorados esperan con ansias la presencia o el contacto con el ser amado. Es natural que nuestros pensamientos vuelen durante las horas que extrañamos su presencia, queriendo salvar las distancias y el espacio para conectarnos con el ser al que hemos unido nuestras vidas por la fuerza inquebrantable del amor.

¡Feliz Día de los Enamorados!

Al Cerrar de mis Ojos

Estás aquí al cerrar de mis ojos

y al cerrar de mis ojos te deseo.

La pasión natural me embriaga,

la dulzura y la hiel en mí unidas.

Siento tus dedos deslizándose,

el calor de tu mirada centelleante,

el ritmo cadencioso de tu corazón

y todas las señales de tu ser.

Llegaste como el ciego con alas

que apunta sus dardos sin mirar,

sin saber siquiera donde caerían

y me diste certero al corazón

Marinés MH de S.

El corazón enamorado no conoce de límites ni reparos, el corazón enamorado sólo sabe ser feliz y dar todo de sí en cada minuto de espera, de evocación, de ansías. Para esos momentos preconcebidos va este poema, el que ha sido escrito con todas las fuerzas de un corazón que sabe ser feliz, sentir, sufrir, pero sobre todo AMAR.

Ocaso y Esplendor

Mis labios tienen sed de tus besos

y tú esquivas mi mirada trémula como 

perdiéndote en la lejanía de aquellos 

años en que sólo vivías para saciarte

del jugoso néctar que de mis pétalos

tiernos y candentes brotaba.

Flama ardiente de vagos recuerdos,

noches embriagada de tus caricias,

anida aún en mi pecho el galopar

de aquel jinete que ansioso venía

a hundirse en el fuego y el restallar

de cada uno de mis anhelos.

Memorias que llegan al amanecer,

y despiertan con furor mis días.

Sutileza de mis afanes y encantos,

pulcritud de movimientos pétreos,

desplazamiento pleno de sabiduría.

Flor carmín renacida en primavera.

Vuelvo a sentir el ardor de tus deseos,

soy la Maja, la poseedora de tu reino,

la que conoce cada poro de tu cuerpo.

Estampida viril de placer supremo,

estallido de gozo, deleite infinito.

Alimento del alma, amor verdadero.